Bienvenidos a Una historia en 5 capítulos
Esta historia la creamos cinco mujeres amantes de la escritura y de los viajes!
Vivimos en distintas partes del mundo y creamos un cuento en capítulos.
Que la disfruten♡
“LA CIUDAD DE SUS SUEÑOS”
Capítulo I, por Lupe Piñeiro
Una mañana cualquiera de agosto, Luisa decidió partir. Miró con ternura aquella mochila oxidada de su infancia, de la que colgaba un pequeño y sucio peluche –obsequio de alguien que la supo comprender como nadie-, y se dijo a sí misma que el momento para hacerlo era ahora. Desde muy pequeña, la invadía la curiosidad de explorar nuevos mundos, de recorrer caminos impensados. Todos esos sueños que depositaba noche a noche en la almohada de su casa natal habían hecho de esa niña una mujer inquieta, con ansias de conocer otras tierras. Era imposible para ella en ese momento imaginar que ese avión que la esperaba iba a transportarla hacia un universo paralelo, otra realidad, una vida de la que realmente se sintiera protagonista.
Apenas sintió en su corazón que era tiempo de atravesar el mar rumbo a nuevas tierras, decidió compartirlo con su mejor amigo, un desusado diario de viajes envuelto en una tela florida que le había sido obsequiado unos años atrás y que aguardaba, polvoriento, la ocasión para el feliz estreno. A partir de allí, le esperaba un rosario de despedidas, de asuntos a resolver antes de dar ese salto, aquel salto que cambiaría su vida para siempre. Dejar ese trabajo, dar el último abrazo, saludar. Recién en el aeropuerto Luisa alcanzaba a entender que toda bienvenida exige a su vez una despedida. Pero su mirada era firme y sus objetivos, claros.
Antes de partir, recibió todo tipo de comentarios y opiniones. No faltó algún tío resentido que no entendió la decisión, pero también llevó en su mochila cartas con felicitaciones y buenos augurios para su viaje. Hasta ese momento, Luisa había visitado el aeropuerto en varias ocasiones, siempre para despedir y recibir. Y ahora le tocaba el turno a ella. De soltar, de dejar, de animarse. De una vez y para siempre, animarse a embarcar.
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Capítulo II: La magia de los nuevos comienzos, por Vir Rossi
Ahora, 11050 km y 14 horas de vuelo separaban a Luisa de su gente y primer hogar. Valija en mano, y un pasaporte decorado con un sello, el primero y más ansiado de su vida. Con el corazón latiendo a más velocidad de lo normal y una sonrisa dibujada de punta a punta, Luisa tomó su celular y con los dedos un tanto temblorosos,escribió: “𝘍𝘢𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢, 𝘭𝘭𝘦𝘨𝘶é! 𝘚𝘰𝘺 𝘍𝘦𝘭𝘪𝘻…𝘓𝘰𝘴 𝘢𝘮𝘰!” Y con los ojos cristalizados como quien no cree en la suerte del destino, caminó en busca de señales que la guiarían. Ahí estaba Luisa entre flechas, dibujos y una multitud de gente estática. Hasta que, finalmente, la encontró: “𝘚𝘰𝘳𝘵𝘪𝘦”. Atravesó la puerta. Buscó un taxi y aprendió que no eran negros y amarillos como en su ciudad. Se quedó mirando y escuchando la gente pasar. Se fascinó al sentir la música de un idioma distinto. Respiró y su pecho se le llenó de aire nuevo.
Bastaron sólo semanas para enamorarse de las luces, los olores, la gente, el ruido y la comida de esa ciudad mágica. Algunos la llamaban “La Ciudad de las Luces”, pero Luisa se refería a ella como “La Ciudad de mis Sueños”.
Su cámara y su cuaderno vestido de flores eran sus aliados preferidos, testigos de las calles secretas y las historias creadas en el camino. No salía a ningún lugar sin ellos, aún si implicaba sufrir dolor de cuello al final del día por haber acarreado peso extra. Quería hacer cada momento eterno, quería que esa felicidad durara para siempre. O que simplemente sirviera como recuerdo al que volver, por un ratito, cuando las cosas no salieran como lo esperaba. Porque así fue, embarcarse en una nueva aventura implicaba atravesar días de cielos azules y días en los que el sol no se animara asomarse. Y lo entendió, con el paso del otoño, cuando la magia de aquel nuevo comienzo empezó, de a poco, a perder fuerza.
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Capitulo III: El desconocido/conocido, por Valen De Maussion
Luisa comenzaba a sentirse parte de la ciudad de sus sueños. En estos dos meses allí, había tenido tiempo para disfrutarla y conocerla más profundamente, aunque parecía que jamas se terminaba de conocer realmente. Su trabajo en esa casa de decoración le permitía vivir su sueño de independencia, que bien ganado se lo tenia. Su vida parecía ideal, pero algo faltaba. Los días comenzaron a tornarse grises, cada vez más cortos, tan cortos que cuando su jornada laboral terminaba ya casi anochecía, eso la deprimía. La falta de su familia y amigos comenzaba a pesarle.
Una tarde visitando una tienda de libros antiguos le pareció ver una cara conocida, extrañaba eso de encontrarse con viejos conocidos o amigos. Automáticamente pensó que ese joven se parecía muchísimo a su gran amigo Federico, pensó que al llegar a su casa lo llamaría para ponerse al día sabiendo que eso le levantaría un poco el ánimo. Pasó por la caja, pagó su libro y partió de regreso hacia su pequeño dos ambientes. Perdida en sus pensamientos e imaginando todo lo que tenia para contarle a su amigo, observó algo raro al mirarse en una vidriera: el joven de la librería estaba caminando detrás de ella, a media cuadra de distancia pero siguiéndola?
Llegó a su casa, subió los cuatro pisos sin ascensor y corrió a observar disimuladamente por la ventana, ahí estaba, parado en la vereda del frente, con las manos en los bolsillos, con la mirada hacia su edificio. Sin querer una brisa corrió la cortina y ella quedó en evidencia con el ultimo rayo de sol que le dió directo a los ojos. El joven sonrió y le hizo señas de bajar. No lo pensó dos veces, si total, qué tenia para perder?
Después de peinarse y mirarse al espejo, bajó corriendo las escaleras. Para no parecer desesperada, al llegar a la puerta esperó unos minutos, respiró profundo y sintió su corazón latir fuertemente, pero no era producto de los 4 pisos. Abrió la puerta, una sonrisa, una mirada profunda, pelo castaño, « Qué guapo es! » pensó. De repente en francés le preguntó su nombre, ella tímida con su acento extranjero respondió sintiendo que sus mejillas se sonrojaban.
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Capítulo IV: Una y otra vez, Por Cin Morrow
Luisa miraba la lluvia a través de la ventana. Habían pasado años desde aquel otoño en que él le preguntó su nombre. Se habían vuelto inseparables. Caminaban por las calles de la mano, parándose a mirar los barcos llenos de turistas que surcaban el río. Compartiendo crepes de Nutella. Refugiándose en algún café cuando llovía demasiado. “Dónde estás?” Le preguntó Inés, mientras servía la segunda taza de té. Pero se imaginaba dónde estaba su amiga: reviviendo momentos con él. El primer invierno juntos en ese departamento congelado, la pequeña boda en primavera, los bebés que nunca llegaron.
Viendo que ella no respondía, suspiró y volvió a intentarlo “Luisi?” Estaba anocheciendo y Luisa comenzaba a distinguir su reflejo en el cristal de la ventana. Ya no llevaba el pelo tan largo, y además tenía algunas arrugas. Dejó que su imagen se disolviera y miró hacia afuera, a la ciudad que, en cambio, parecía inmune al paso del tiempo.
“Sabés qué? Fue mi primer amor.” dijo. “Quién?” preguntó Inés. Aunque era su amiga desde hacía mucho tiempo, todavía le costaba seguirle el hilo. “Esta ciudad”, respondió Luisa. “Me enamoré de ella antes incluso de conocerlo a él… Pero sin él, no hubiera sido lo mismo.” De pronto, sonó el timbre. Luisa se asomó por la ventana y lo vio en la vereda, con las manos en los bolsillos como tantos años atrás. “Viene todos los días a buscarte”, le dijo Inés con una súplica en los ojos. “Vas a bajar?” …
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Capítulo V: Final, por mi, Cami González del Solar
Cada vez que volvía de visita una vez al año, Luisa era consciente que ya no era la misma mujer de aquel agosto que partió con su mochila oxidada de la infancia y su diario de viajes con tela florida. En cada visita era como que el tiempo se había detenido y se daba cuenta que todo seguía igual o con pocos cambios.
En cambio, para ella, su vida se había transformado para siempre desde el momento en que decidió bajar de su departamento aquel atardecer y aceptar que su lugar en el mundo también era él.
El tiempo juntos fue logrando que todas esas diferencias que antes los distanciaron, ahora los unieran y consiguió, después de todo, resolverlas con amor. Venían de dos mundos muy diferentes, de culturas opuestas e idiomas disímiles. Sin embargo, poco de eso importó al final. Y, por más que a veces no se sentía “ni de acá ni de allá” a pesar de tantos años viviendo en la misma ciudad, su verdadero hogar siempre iba a ser junto a él y en esa ciudad que, no por nada, le decían “La ciudad de las luces”, pero también “París: La ciudad del amor“.
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Y así termina Una historia en 5 capítulos, un cuento que creamos 5 mujeres en distintas partes del mundo, espero les haya gustado!
Fue un proyecto lleno de amor que llevamos a cabo entre mujeres que vivimos lejos del país que nos vio nacer. Fuimos publicando un capítulo por día desde nuestras distintas cuentas de Instagram.
Para más tips, recorridos, paseos, guías y experiencias los invito a visitar mi BLOG: https://thetravelvoiceblog.com/
Buen viaje!
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